La obra de “Alejandro Magariño Cervantes” se llevó a cabo en dos fases, comenzando por el exterior y luego abordando el interior de manera integral para resolver problemas estructurales, de humedad e instalaciones en un PH ubicado al fondo de un lote. Se realizó una reforma general que incluyó la eliminación de un dormitorio de servicio para dar lugar a la instalación de una piscina.

En el interior, se demolieron muros estructurales entre la cocina y el living, reforzando la estructura correspondiente para permitir una mayor iluminación y ventilación natural, mejorando así la calidad del ambiente. Se renovaron por completo las instalaciones eléctricas y sanitarias, rediseñándolas para adaptarse a la nueva distribución y funcionamiento de la vivienda. En el dormitorio, se diseñó una isla de luz en el techo para lograr una iluminación difusa y cálida, manteniendo la privacidad y la calidez del espacio. Los baños fueron completamente remodelados, aprovechando vanos preexistentes de armarios para crear aberturas translúcidas que permitieran el ingreso de luz y ventilación, resultando en baños modernos de alta categoría tanto estéticamente como funcionalmente.